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martes, 16 de agosto de 2016

Si me mientes, no me digas que me quieres.


Mr Puterful:

No lo sé y me gustaría saberlo. Saber por qué lo hiciste, por qué decidiste mentirme después de haberte perdonado una primera vez. Por qué no confiaste en mi. Por qué no sentías lo mismo, esa sensación de querer estar contigo toda mi vida, de querer verte al despertar en mi cama, de tocar tu pelo, mirar tu ojos, besar tu sonrisa. Por qué tú no sentías eso, por qué pensaste que era mejor mentirme y olvidarte. Sabías que con un perdón no se arreglarían las cosas, sabías  que te estabas equivocando con cada historia que me contabas, sabías que cada mentira después dolería, y sabías que si descubría la verdad todo se acabaría. Sabías que no volvería a confiar en ti, que no tendría el valor de creerme ni una sola palabra más, que no sería capaz de acariciarte de nuevo, perderme en tus ojos o responder a tu sonrisa. ¿Por qué pensaste que era mejor acabar con todo en vez de contarme la verdad? Sabías que quererme significaba confiar en mí... ¿Por qué tú no lo hiciste y por qué yo contigo sí?



Sé que fuiste tú el que decidió mentirme y nunca sabré la razón, pero fui yo la tonta, la ingenua, la enamorada, que se creyó tu mentira. La que creyó encontrar en ti lo que le faltaba, la que se acostaba pensando en ti y corría a darte los buenos días. Aquella que sí había encontrado en ti una persona en la que confiar, a la que contarle sus historias, ver cada mañana y compartir contigo su vida. Eso quería, compartir contigo mi vida, ¿tan difícil era de entender? Demasiadas veces hablamos de nuestro futuro juntos, un futuro que yo tenía la certeza de que llegaría. Y no lo sé, la verdad que no lo sé, como en esos momentos no tuviste la fuerza, el valor, los huevos de contarme la verdad, dejabas que los días pasaran, contándome historias, de una vida que ni siquiera era la tuya. 



Hasta que llegó el día, en el que el mundo se puso a mi favor, y me enseñó aquello que yo no fui capaz de ver, a la verdadera persona que eras. Aquella, que sin pelos en la lengua me decía que me quería cuando en verdad me mentía cada día. Mentira tras mentira, lagrima tras lagrima caían por mi rostro al descubrir cada imagen falsa, cada recuerdo mezclado, cada historia inventada. Saber que había sido una tonta, una ingenua, una enamorada, por haber tenido los ojos cerrados durante tanto tiempo. Nunca pensé que me levantaría un día sin saber quién eras,  la misma persona a la que la noche anterior le mandaba mi último te quiero. No saber qué era verdad y qué mentira de todo lo que me habías contado. Pero lo peor siempre fue, que nunca me contaste el por qué de tu mentira, el por qué yo a la que engañar y el por qué de decirme te quiero cuando no era verdad.


No sé por qué sigo esperando una respuesta a estas preguntas, quizás porque te quise y te quiero y  siempre esperaré una explicación sensata, que arregle todo, que de la noche a la mañana me devuelva la confianza que había puesto en ti, pero no lo sé, no se lo que espero, al igual que ya no sé qué era verdad y qué mentira. "No esperes nada de nadie" me dijiste una vez, ¿intentando adelantarme a mi futuro contigo? La verdad, es que no  sé qué pretendías con todo esto. Pero lo que sí se, es que todo lo que tuvimos, se quedó en el olvido.

La verdad no sé que pasa con la letra, como he estado de vacaciones esto lo escribí en las notas de la tablet en uno de esos momentos que no tenía internet y después quise pegarlo aquí y bueno la letra está toda hecha un desbarajuste.  La siento mucho. 
Esta carta va dirigida a aquellas personas que nos dicen que nos quieren pero después no sueltan una mentira, en mi opinión, eso no es amor.