Seguidores

jueves, 10 de mayo de 2018

Carta al universo- Le das la mano y te cogen el brazo

Esta carta va dirigida a ese grupo de personas a quién le das la mano y te cogen el brazo.
Aprende el arte de decir que no. No mientas, no digas excusas, no te sobre-expliques, simplemente declina la oferta.

¿Es real, que te invito a mi casa y no eres capaz ni de hacer la cama donde dormiste, recoger lo que dejaste caer al suelo o  limpiar el plato que usaste para comer?

Querido ser que te haces llamar amigo, yo se que tengo un problema y es pensar que todos poseen los mismos o incluso más valores de los que yo poseo. Sin embargo, tengo que decirte que una persona que es incapaz de levantarse a ayudar cuando ve a su amigo trabajar y limpiar la mierda que tu mismo echaste, te equivocas, si comportándote así piensas que yo te sigo considerando  mi amigo.

Sé que seguirás llamándome cuando me necesites, sé que seguiré cediéndote mi mano pero esta vez no dejaré que me cojas el brazo.  Yo nunca seré como tú y ojalá algún día alguien te enseñe no a ser como yo, porque no soy nadie a quién debas admirar, sino a ser una mejor versión de ti mismo que te haga cambiar.
Aunque me tengas en frente, y encuentres mis ojos verdes de siempre, hoy, no te miro como ayer y espero mañana no verte como hoy.

Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena. Mahatma Gandhi

Esto iba dirigido a ti "amigo" pero lo que viene ahora va para aquellos que tienden su mano.
Sí tú, esa persona que alguna vez ayudaste a alguien y no te dieron ni las gracias. Decirte que deberías aprender a decir que no, y quién se enfade por ello es que no te merece. Aveces es difícil o simplemente se nos olvida lo mal que lo pasamos la última vez y volvemos a cometer el mismo error de dedicar nuestro tiempo, esfuerzo y trabajo a gente que no lo valora. Si estoy aquí, contándotelo es porque soy de esas personas que se ha tragado demasiadas veces el "pero solo será una vez", "al final todos ayudamos", "yo haré el próximo trabajo" cualquier tipo de escusa barata, que me ha hecho darme cuenta como se han aprovechado de mí.

Como consejera de hoy te diré que le cuentes esas experiencias a alguien de confianza, no solo para desahogarte sino también para que esa persona te lo recuerde en el caso de que intenten hacerte de nuevo lo mismo. Por otro lado,el ser humano es cabezota y algunas veces no escuchamos a nadie, únicamente a nuestros pensamientos, por eso una buena opción es escribir esa mala experiencia que no quieras que se repita, y en un futuro, leerás tus propias palabras. Créeme lo que hoy piense que no vale nada, mañana te puede ayudar a decidirlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario